Las comisiones de las cuentas son los saldos adicionales inevitables que se generan debido a la administración, mantenimiento o transacciones que se llevan a cabo dentro de una cuenta.
Más de una vez, estas comisiones nos han hecho perder la cabeza y han afectado las cuentas de nuestras finanzas personales, ya que alteran cualquier tipo de saldo y, en muchos casos, ni siquiera nos importa si mueve el dinero o no.
A algunos les puede parecer completamente injusto que deba pagar tarifas por el mantenimiento de la cuenta, por ejemplo, o su administración, o que ni siquiera puede enviar dinero a sus padres o nietos sin que el banco considere una tarifa constante que le permite acceder a estos beneficios, a pesar de que este procedimiento se realiza de forma automática y electrónica.
Ventajas de las cuentas sin comisiones:
Muchas veces no nos damos cuenta de la cantidad que gastamos en comisiones externas.
Pero si nos detenemos por un momento y consideramos todo esto, en apariencia, las pequeñas concesiones que hacemos o aceptamos en nuestra cuenta, podríamos tomar una gran sorpresa.
Y no sería por menos, ya que en algunos casos, la necesidad o la naturaleza de nuestros trabajos implica mantener nuestro dinero en constante movimiento y eso, incluso si es de una cuenta a otra del mismo banco, resulta ser mucho veces un motivo de recaudación considerable.
Y qué hay del seguro que a menudo nos vemos obligados a aceptar, que asegura el dinero en caso de pérdida o robo, pero que mes tras mes reduce los fondos que tenemos.
Las cuentas sin comisiones han liberado a la humanidad de este cargo de una vez por todas.
Y no solo eso, sino que con el espíritu de cuidar a sus consumidores, muchas cuentas que tienen este tipo de modalidad han comenzado a apostar por descuentos en compras y adquisición de bienes o servicios.
Este es el futuro de la economía solidaria.